| 
                   LUIS  ZALLES 
                    ( Bolivia – La Paz ) 
                      (1832 – 1896 ) 
                    
                  Poeta y periodista. 
                  Tras titularse como abogado (1855) hizo periodismo al  fundar 'El Telégrafo' (1958). Enseñó literatura y religión en el Seminario de  La Paz (1859). Proscrito por Melgarejo, radicó en el Perú (1864-1866) y en  Ecuador (1866-1871). A su retorno fue Presidente de la Corte de La Paz. 
                  Gustavo Adolfo Otero lo valoró en 1926: "Entre los  poetas nacionales, Zalles descuella en forma eminente por el vuelo de su musa  festiva, como el Bretón de los Herreros nacional. Espíritu que tuvo nobles  actitudes rebeldes ante los convencionalismos y las mentiras sociales, su gesto  irónico y satírico se tradujo esgrimiendo el florete de sus letrillas  humorísticas. La risa de Zalles hería a fondo sin matar, dejando a sus víctimas  en pie". 
                  El poema 'Letrilla', expresa: "O está loco el relojero /  O está borracho el reloj. / Pues es cosa divertida / no saber en qué hora  estoy: / Mi muestra marca las cuatro / Y da el público las dos; / Y así de  golpe y porrazo, / Cual si fuese equitador / Galopa, brinca, se atrasa, /  señala… ¡qué soy yo! / O está loco el relojero / O está borracho el reloj". 
                  LIBRO: Poesía: Poesías (1898). 
                    Biografía E imagen: http://elias-blanco.blogspot.com/2012/10/luis-zalles-iriondo.html  
                    
                  TEXTO  EN ESPAÑOL  -  TEXTO EM PORTUGUÊS 
                    
                  
                  BEDREGAL,  Yolanda.  Antología de la poesía boliviana. La Paz: Editorial Los Amigos del Libro, 1977.  627 p.   13,5x19 cm                                  Ex. bibl. Antonio Miranda  
                    
                  LETRILLA  
                     
                    O ESTA LOCO EL RELOJERO 
                    O ESTA BORRACHO EL RELOJ 
   
                           Pues es cosa divertida 
                      No saber en qué hora estoy; 
                      Mí muestra marca las cuatro 
                      Y dá el público las dos; 
                      Y así de golpe y porrazo, 
                      Cual si fuese equitador 
                      Galopa, brinca, se atrasa, 
                      señala… ¡qué sé yo! 
                      O ESTA LOCO EL RELOJERO 
                      O ESTA BORRACHO EL RELOJ. 
   
                      Por  culpas de Adán, el viejo, 
                      Como el pan con mi sudor 
                      Y mis horas, por dinero, 
                      Al que las paga las doy; 
                      Pero, al llegar al destino, 
                      Me dicen: —La hora pasó;— 
                      Y es que el reloj de la Plaza 
                      Una hora se adelantó. 
                      O ESTA LOCO EL RELOJERO 
                      O ESTA BORRACHO EL RELOJ. 
   
                      Mi Lesbia me dá una cita 
                      Cita que anhela mi amor; 
                      Con el cronómetro en mano 
                      Y latiendo el corazón. 
                      Espero entre ansias mortales 
                      Ese instante embriagador; 
                      Mas, ay! … llegó… ya era tarde, 
                      De esperarme se aburrió. 
                      O ESTA LOCO EL RELOJERO 
                      O ESTA BORRACHO EL RELOJ. 
   
                      Viene un tonto a visitarme 
                      Toma asiento el buen sueñor, 
                      y me ruega que le avise. 
                      Al dar la seis… ¡qué furor! 
                        Que han atrasado el horario 
                        En hora y media o en dos, 
                        Y el necio me desespera 
                        Y al fin ronca en el sillón… 
                        O ESTA LOCO EL RELOJERO 
                        O ESTA BORRACHO EL RELOJ. 
                    
                         Sé  que un deudor se me fuga, 
                    Que se marcha en el vapor 
                    Y que zarpa sin espera 
                    A la hora que se fijó. 
                    Por supuesto… ya partió! 
                    Y es que el reloj de la Plaza 
                    Hizo de las suyas hoy: 
                    O ESTA LOCO EL RELOJERO 
                    O ESTA BORRACHO EL RELOJ. 
                   
                         El  portero de la casa 
                    Cierra a las once el portón, 
                    Vengo unos minutos antes, 
                    Y… cerrado,  ¡se acabó!. 
                    … ¿Han dado acaso las once? 
                    Le pregunto al celador, 
                    — No han dado… las de mañana… 
                    Si son la doce, patrón! 
                    O ESTA LOCO EL RELOJERO 
                    O ESTA BORRACHO EL RELOJ. 
                   
                     ¿Será que aquí en Guayaquil 
                    Anda a brincos aún el sol; 
                    Y quitárnoslo a su humor 
                    Y, ¿cómo nos arreglamos? 
                    ¡En qué hora estamos, por Dios! 
                    En medio de esta discordia 
                    Sólo hay una convicción: 
                    O ESTA LOCO EL RELOJERO 
                    O ESTA BORRACHO EL RELOJ. 
                   
                    
                  TEXTO EM PORTUGUÊS 
                    Tradução de ANTONIO MIRANDA 
                    
                  LETRILHA  
                     
                    OU ESTÁ LOUCO O RELOJOEIRO 
                    OU ESTÁ BÊBEDO O RELÓGIO 
   
                           Pois  é coisa divertida 
                      Não saber em que hora estou; 
                      Me mostra que marca as quatro 
                      E dá para o público às duas; 
                      E assim de golpe e porrada, 
                      Como se fosse esquiador 
                      Galopa, brinca, se atrasa, 
                      sinaliza… que sei eu! 
                      OU ESTÁ LOUCO O RELOJOEIRO 
                      OU ESTÁ BÊBEDO O RELÓGIO. 
   
                      Por  culpa de Adão, o velho, 
                      Como o pão com o meu suor 
                      E minhas horas, por dinheiro, 
                      Ao que as paga dou-as; 
                      Mas, ao chegar ao destino, 
                      Me dizem: —A hora já passou;— 
                      É que o relógio da Praça 
                      Adiantou uma hora. 
                      OU ESTÁ LOUCO O RELOJOEIRO 
                      OU ESTÁ BÊBEDO O RELÓGIO. 
                   
                    Minha Lésbia me oferece um horário 
                    Horário  que meu amor anseia; 
                    Com o cronômetro na mão 
                    E pulsando o coração. 
                    Espero entre ânsias mortais 
                    Esse instante embriagador; 
                    Mas, ah! … chegou… mas já era tarde, 
                    De esperar-me se entediou. 
                    OU ESTÁ LOUCO O RELOJOEIRO 
                    OU ESTÁ BÊBEDO O RELÓGIO. 
                    
                  Vem  um bobo visitar-me 
                    Toma assento o bom senhor, 
                    e me pede que o avise. 
                    Ao dar as seis… que furor! 
                      Porque atrasaram o horário 
                      Em uma hora ou meia ou em duas, 
                      E o néscio me desespera 
                      E finalmente  ronca no sofá… 
                      OU ESTÁ LOUCO O RELOJOEIRO 
                      OU ESTÁ BÊBEDO O RELÓGIO. 
  
                  Sei  que um devedor se me escapa, 
                    Que se marcha no vapor 
                    E que escapa imediatamente 
                    À hora que programou. 
                    Sem dúvida… já se foi! 
                    É que o relógio da Praça 
                    Fez das suas hoje: 
                    OU ESTÁ LOUCO O RELOJOEIRO 
                    OU ESTÁ BÊBEDO O RELÓGIO. 
                    
                  O  porteiro da casa 
                    Fecha às onze o portão, 
                    Venho uns minutos antes, 
                    E… fechado,  se acabou!. 
                    … Já são por acaso as onze? 
                    Pergunto ao zelador, 
                    — Já passaram … as horas da manhã… 
                    Já são as doze, patrão! 
                    OU ESTÁ LOUCO O RELOJOEIRO 
                    OU ESTÁ BÊBEDO O RELÓGIO. 
                    
                    
                  Será  que aqui en Guayaquil 
                    Anda ao pulos ainda o sol; 
                    e negar-nos pelo seu humor 
                    E, como nos arranjamos? 
                    Em que hora estamos, pelo amor de Deus! 
                    No meio desta discórdia 
                    OU ESTÁ LOUCO O RELOJOEIRO 
                    OU ESTÁ BÊBEDO O RELÓGIO. 
                    
                  * 
                    
                  VEJA e LEIA outros poetas da Bolívia em nosso  Portal: 
                   
                  http://www.antoniomiranda.com.br/Iberoamerica/bolivia/bolivia.html  
                    
                  Página publicada em setembro de 2022 
                
  |